Insomnio: ¿Qué hacer para dormir mejor?
Aprende a relajarte y a quedarte dormido a voluntad
Rocío: La mente es un instrumento que puede hacernos tanto bien como mal. Que no podamos dormir es signo de que la mente va por su cuenta y no tenemos manera de dirigirla hacia donde deseamos. Por eso es importante aprender a guiarla.
Una de las causas más comunes de no lograr dormir es que a lo largo del día la mente no haya tenido momentos de descanso, y haya recibido, como es habitual hoy en día, un exceso de estímulos. La mayoría de la gente no logra estar un solo momento en una pausa, un vacío, un no hacer nada. Entre el momento de estar trabajando o estudiando y el momento de estar comiendo no dejamos ni un solo minuto a “no hacer nada”. Incluso en mitad de una actividad, en lugar de estar pendientes de la misma, rápido buscamos que la mente se entretenga en algo más, haciéndola trabajar en modo “multitarea”, evitando a toda costa la relajación mental, y necesitando el sobreestímulo. Esto va haciendo que la mente tome un ritmo acelerado y constante, que es después difícil frenar.
La mente es el órgano que más consume energía de todo el cuerpo. Por eso, al final del día, nos sentimos agotados, sin embargo, somos incapaces de quedarnos dormidos. La mente necesita procesar, como un ordenador, todo lo que ve. A la hora de dormir, por la falta de espacios vacíos, tiene un gran trabajo acumulado. Además de un sinfín de direcciones abiertas hacia donde dispararse sin control.
El insomnio puede deberse también a la excesiva preocupación en torno a un tema específico, del cual no logramos resolución, y la mente da vuelta y vuelta sin encontrar salida.
O también puede ocurrir por haber trastornado los ciclos del sueño. La glándula pineal es la encargada de decir al cuerpo cuándo es el momento de dormir. Está conectada con los ciclos de la naturaleza: cuando amanece, la claridad indica al cuerpo que es momento de despertar; cuando oscurece, la oscuridad indica al cuerpo que es momento de relajarse y dormir (aproximadamente, pues el cuerpo también memoriza los hábitos personales). Por eso, antiguamente la gente del campo que vivía más en sintonía con la naturaleza, mantenía unos ritmos naturales muy buenos en relación al ciclo del sol. Hoy en día, con el ritmo social actual, hay personas que trabajan de noche, encontrándose por ello frente a un reto, pues mientras la glándula pineal está indicando el momento de descanso preparando al cuerpo a entrar al estado de sueño, la mente está dando el mandato contrario, necesitando mantenerse activa y alerta para trabajar.
Para reajustar la mente al ciclo natural, son varias las prácticas o soluciones que podemos seguir:
- Da espacios vacíos a la mente a lo largo del día. Trata de acostumbrarte a los “espacios en blanco” sin temerle al vacío. Puedes tomar varias respiraciones profundas, observar lo que hay a tu alrededor, disfrutar por un momento de la calma, de la pausa.
- Haz micro-siestas. Esta es una técnica muy sencilla para dar un descanso total a la mente simulando el dormir pero estando sentados. Por ejemplo, cuando estamos en algún transporte, o mientras esperamos a que se haga la comida, o a que llegue alguna persona a quien esperamos, o después de comer en una silla o sofá si no disponemos de una cama. Puede hacerse realmente en cualquier lugar y en cualquier momento. Consiste en soltar toda atención al exterior, cerrando los ojos, poniendo la fuerte intención de quedarnos dormidos, tal y como lo haríamos por la noche en nuestra cama. Continuamente mantenemos la intención, repitiéndonos “me duermo, me duermo”. Podemos quedarnos en el estado durante 5, 10, 15 minutos. Quizá no logremos dormirnos del todo, pero la menté sí experimentará un gran descanso, pudiendo así recargarse, que es la intención. Podemos hacerlo una vez al día a modo siesta, o en cualquier momento que sintamos necesidad de darnos un descanso: a veces solo varios segundos (5, 10, 20…) pueden ya tener un efecto muy positivo en nuestro día.
- Otro aspecto a tener en cuenta para mejorar el proceso de quedarse dormido es dejar de alimentar a la mente al menos 30 minutos antes de ir a dormir. Para prepararla al descanso lo mejor es no darle más trabajo ese tiempo antes, así podremos quedarnos dormidos con mayor rapidez. Al menos esos 30 o 60 minutos, lo mejor es no usar el teléfono u ordenador, tampoco ver la tele ni leer libros. Lo más recomendable es dejarle un tiempo a la mente de hacer lo que necesita hacer, concederle ese espacio de “vacío” que tanta falta le hace. Pruébalo y verás por ti mismo/a los efectos. También ayudará mantener una luz tenue o evitar la luz para ayudar a la pineal con el mensaje de “es de noche”.
- Algo más, aunque obvio, pero merece la pena mencionarlo. Evita al máximo el consumo de sustancias estimulantes como el té, el café, las bebidas con azúcar. De tomarlos, es preferible no más tarde de las 12.00 del medio día, e idealmente prescindir de ellos para liberar al cuerpo de una continua agitación tanto del sistema nervioso como del corazón, que son lo que mantienen a la mente innecesariamente en un continuo estado de alerta. Ya hay numerosas personas que han dejado el café gracias a nuestros retiros. Solo darnos la oportunidad de probar a veces es suficiente para descubrir la diferencia.
- Si estás tomando pastillas para dormir, asegúrate de hacerlo solo antes de dormir. La melatonina es el químico que naturalmente produce la glándula pineal para indicar que es el momento de dormir. Si por ansiedad u otros estados emocionales la tomamos durante el día, el cuerpo entrará en confusión, pues es como decirle “vamos a dormir” y a la vez “vamos a trabajar”. Esto hará que cuando la tomemos por la noche, no tenga efecto, pues el cuerpo no tiene en cuenta, o no confía, en esa instrucción. Si estás pasando por una temporada de más agitación emocional, puedes ayudarte de hierbas relajantes durante el día, como la valeriana, la pasiflora, el espino blanco; o usar algunas gotas de lavanda sobre tu almohada, coronilla, entrecejo, antes de dormir o a lo largo del día.
- Sobre todo, el gran método para ayudar a dormir bien, es meditar justo antes de ir a la cama. Darse 10, 20 o 30 minutos de meditación hará que ocurra un gran reajuste mental y traerá grandes beneficios.
- Uno de los aspectos más importantes para quedarse dormido es poner la intención “dormir, dormir”, y mentalmente repetir “tengo mucho sueño, me duermo, me duermo, me estoy durmiendo”. Ignora todo otro pensamiento, por más importante que te parezca, y ten la determinación de no seguirlo. Cuando la mente empiece a entrar en esos otros pensamientos o realidades que parecen “sin sentido”, el mundo de los sueños, agárrate ahí, déjate entrar, y deja la atención soltarse del cerebro y caer, siente que caes y caes, como si la conciencia bajara a otro lugar donde entramos al sueño.
- Si con todas estas recomendaciones aún lo logras los resultados, recomiendo aumentar la actividad física por unos días o periodo. Puedes integrar alguna actividad a lo largo del día que requiera del uso del cuerpo, y de su gasto físico. Por esto me refiero a hacer algún deporte, o trabajar en el jardín, o en el huerto, o similares. Al final del día el cuerpo estará tan fatigado que arrastrará a la mente al sueño. Además no solo ayudará a dormir sino que dará la oportunidad a la mente de enfocarse en el presente, ahí donde está el cuerpo, ralentizando así su actividad, que es uno de los objetivos buscados para lograr los resultados.
Verás que con algunos cambios, una fuerte determinación y un poco de práctica lograrás recuperar el proceso natural de quedarte dormido/a y, lo que es mejor, aprenderás a entrar al sueño de forma voluntaria.
¡Mucho ánimo!
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